Un taller convierte a la Residencia Tercera Actividad en un bosque sensorial

La Residencia Tercera Actividad, gestionada por la Fundación Santa María la Real, se ha convertido este martes en un bosque sensorial gracias al taller ‘Los bosques de mi infancia’, financiado por el Ayuntamiento de Aguilar a través de la Concejalía de Urbanismo y Medio Ambiente impartido por la Asociación de Profesionales Forestales de España (PROFOR).

«Voy a regalaros un ratito de bosque…». Así empezaba su intervención Gema Cruz, ingeniera forestal y técnico de la Asociación de Profesionales Forestales de España (Profor). Sirviéndose de vídeos, música, juegos y otras actividades consiguió, al menos durante unas horas, acercar el bosque a la Residencia Tercera Actividad, cumpliendo así con el principal objetivo del taller ‘Los bosques de mi infancia’.

«Desde Profor intentamos que la gente retome el contacto con el bosque, para lograrlo utilizamos la pedagogía forestal», explica Gema Cruz. Un método importado desde Europa Central, en este caso concreto desde Austria, que ha habido que adaptar al clima y a los bosques mediterráneos. «El clima no es el mismo, y la composición y los problemas que afectan a los bosques tampoco, así como su gestión», apunta la técnico de Profor.

Colaboración con los colegios

Desarrollan todo tipo de talleres y actividades con diferentes públicos, y han colaborado con los colegios de Aguilar en el programa ‘Brotes’. «Con los abuelos las actividades son más sensoriales, orientadas a tocar, sentir y conocer el bosque». Cabeza, corazón y manos son, pues, los tres pilares, las tres herramientas sobre las que se va construyendo el taller ‘Los bosques de mi infancia’.

Así, los participantes en la actividad han podido tocar algunas hojas y frutos como castañas o avellanas, han imitado los sonidos de los animales y han compartido experiencias y sensaciones en torno a su relación con los bosques, con la naturaleza. Gema, la monitora, se despidió de cada uno de ellos con un beso, porque «el vínculo emocional, con el bosque y con las personas es muy importante».

Fuente: El Norte de Castilla